El Canal de Castilla

en Tamariz de Campos

• Esclusa 6ª del Canal, con edificios de la fábrica de harinas, vivienda del esclusero y otras dependencias.
• Acueducto del río Sequillo: Impresionante obra de ingeniería por la que el río Sequillo pasa bajo el Canal.
• Esclusa 7ª del Canal, con el edificio de la fábrica de harinas y la vivienda del esclusero.

No debe dejar de hacerse el agradable paseo (siempre que no haya mosquitos), por la umbría orilla del Canal, que lleva de la 6ª a la  7ª esclusa, pasando por el acueducto, de aproximadamente 1 km. Este era el recorrido que seguían las mulas que tiraban de las barcazas utilizadas para el transporte de grano.

Quedan los restos de la la fábrica de harinas, edificio de piedra sillar y ladrillo, de dos plantas, bajo la cual pasaba un canal que servía para mover el molino.

Al otro lado del Canal se encuentra la vivienda del esclusero y otras dependencias.

Como anécdota recordar en los difíciles años de la posguerra, con el racionamiento, cuando los trabajadores del campo preferían cobrar parte de su sueldo en especies, como por ejemplo un saco de trigo. Para poder disponer de harina y por tanto de pan para la familia, llevaban el trigo a moler durante la noche, de forma clandestina.

La vida en estos lugares era muy dura. Los niños que vivían allí (hijos del esclusero) tenían que caminar a diario varios kilómetros para ir a la escuela a Tamariz. La esclusa se abría con unas compuertas de madera, accionadas por una polea. Hace unos años, cuando desapareció la navegación por el Canal, fueron sustituidas por una presa de cemento y se construyó un aliviadero.

Cinco arcos de piedra sostienen el Canal sobre el cauce del río Sequillo.

Es una curiosa obra de ingeniería, construida en piedra sillar, que muestra el cuidado e interés que se puso en su construcción.

Se puede llegar a él caminando desde el pueblo de Tamariz, por la orilla del Sequillo. Es un paseo agradable por la vega del río, en el que es fácil encontrarse con patos, garzas, avutardas, conejos, aguiluchos, y otros ejemplares de la fauna de Tierra de Campos. Únicamente tener la precaución de protegerse del sol y de los mosquitos. También se puede llegar al acueducto caminando por la orilla del Canal, desde la 6ª o desde la 7ª esclusa, en este caso protegidos del sol por los chopos que crecen en sus orillas.

A la altura del cruce con el río, el canal se encuentra ligeramente más elevado, por lo que forma en cierta manera una presa en la que el aliviadero sería el mismo acueducto. Esto no parece que tenga mucha importancia, pero hace años cayó una tormenta muy fuerte, con gran cantidad de agua en poco tiempo, y cuentan que se formó una gran laguna que llegaba desde el canal hasta las cercanías del pueblo de Tamariz, al ser incapaz los ojos del acueducto de dar salida a toda el agua caída.

En los primeros días de la guerra civil (1936), la vegetación del Canal sirvió de escondite para algunas personas perseguidas por sus ideas políticas. Estos parajes fueron testigos de muchas anécdotas que nuestros abuelos podrían contarnos.

Esta esclusa es la última del recorrido del ramal de Campos, antes de llegar a su terminación en en la dársena de Medina de Rioseco.

Pese a su progresiva ruina, por la dejadez de las autoridades competentes (Confederación Hidrográfica del Duero), aún puede contemplarse el gran edificio de la fábrica de harinas. Tiene planta baja y otras cinco plantas, a las cuales se podía subir hasta hace no muchos años

Al otro lado del Canal, se encuentra una pequeña casita de dos plantas, que servía como vivienda del esclusero y su familia. Junto a ella se habilitó hace pocos años una zona de esparcimiento, con mesas y cocinas para ir "de merienda". Al igual que en la 6ª, la esclusa se abría con unas compuertas de madera, accionadas por una polea. Hace unos años, cuando desapareció la navegación por el Canal, fueron sustituidas por una presa de cemento y se construyó un aliviadero.

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