Iglesia de |
El retablo mayor, barroco, se llevó a la Catedral de Santander, donde fue cortado, dorado y se cambiaron las imágenes (San Juan Bautista, San Zacarías, Santa Isabel, San Joaquín y Santa Ana) por otras que convenían a la devoción del lugar. Hoy ocupa el altar mayor de dicha Catedral. Si quieres saber más detalles de este expolio, haz "click" aquí.
Más detalles sobre el retablo del altar mayor.
A la derecha del altar mayor se encontraba el dedicado a la Virgen del Rosario, cuyo retablo se llevó al templo de San Martín de la aldea asturiana de Argüelles (junto a Noreña), donde ha sido restaurado. La imagen de la Virgen del Rosario que ocupaba dicho retablo se acomodó en una hornacina de la Iglesia de San Pedro.
A la izquierda del altar mayor se encontraba el altar dedicado a San Antón (San Antonio Abad), retablo que mostraba un gran lienzo representando a dicho santo, y también una talla de madera. Qué fue de dicho retablo lo desconozco, mientras que la talla se encuentra en la Iglesia de San Pedro.
En el muro sur de la iglesia, se abría una puerta, que tras bajar unos escalones llevaba a la Capilla del Cristo, lugar para el recogimiento y la oración. El retablo que albergaba la imagen del Cristo se llevó a la Ermita del Ecce Homo de Noreña (Asturias), donde también ha sido restaurado. Tengo aquí que agradecer a José Manuel Fanjul, que ha creado una página web sobre Noreña en la que hay información muy detallada. Aquí he descubierto que también en Noreña se encuentra el Cristo crucificado que albergaba la capilla, aunque en la Iglesia parroquial de Noreña y ahora titulado "Cristo de la Salud".
http://personal.telefonica.terra.es/web/midominiodeespacioweb/web/castaneu.htm
http://personal.telefonica.terra.es/web/midominiodeespacioweb/web/iglesia_norena.pdf
Copio a continuación parte de la información que contiene la citada página web:
El retablo barroco de esta capilla, fue traído de Tamariz de Campos, en el año 1948, por la Cofradía de Jesús Nazareno; tras comprobar los buenos resultados conseguidos con la restauración de los altares de la iglesia parroquial; aunque para ésta última adquisición, en 1948, surgió una azarosa historia:
"Don Alfredo Barral, que era entonces el párroco, se encargó de hacer las gestiones precisas en la misma Diócesis de Valladolid de donde habían venido los de la Iglesia.
Pronto llegó la contestación diciendo algo así; que "en un pueblo llamado Tamariz de Campos, el sacerdote pedía insistentemente ayuda al obispado para salvar los altares de la Iglesia, ya muchos años cerrada al culto y que amenazaba ruina. Vengan tal vez les interese".
Se organizó pronto una expedición formada por: D. Alfredo Barral Mosteirín, como entendido en arte, D. Enrique Monte Cabañas, Hermano Mayor de la Cofradía, D. Benigno Cabeza Colunga, ebanista y D. Florentino Reguero Mencía, experto chofer de la empresa Castromocho al volante de un camión de carga de la familia."
Los embajadores de la Cofradía, tras haber trabajado durante varios días de riguroso invierno en la preparación del trasporte, hubieron de aceptar el nuevo precio que les fijaron los vecinos, quienes consiguieron, además, un cuartel para la Guardia Civil de dicha localidad. En la negociación con el Sr. Alcalde de Tamariz, además del Sr. Obispo de Valladolid participó, incluso, D. Camilo Alonso Vega, por entonces Director General de la guardia civil; llegando a un acuerdo, con el que quedaron muy satisfechos tales vecinos. Finalmente nuestros emisarios pudieron salir con su deteriorada carga, aunque con cierto temor:
" ... a eso de las tres de la mañana, partieron los cuatro caballeros noreñenses nevando y sin luna, con la apreciada carga y un poco de miedo; llevaban los faros apagados y la complicidad de la nieve aminoraba sus ruidos. Atravesaron el pueblo de Tamariz que dormía plácidamente. Solamente el anciano sacerdote, aún cobijado bajo el toldo, les decía adiós."
La carga que transportaron se componía de dos retablos; uno para la capilla del Ecce- Homo y, otro retablo que acabó en la iglesia de Argüelles. También trajeron el valioso Cristo de la Salud de la iglesia parroquial.
Pero tal era el estado de lo que finalmente pudieron comprar que muchos lo calificaron de "un montón de astillas apolilladas". Sin duda que se precisó una costosa y eficaz restauración. Así se consiguió hacer realidad los deseos del párroco de San Juan Bautista de Tamariz puesto que, gracias a él, se logró fueran rescatados a tiempo, en la ruinosa iglesia, estas joyas que hoy se pueden admirar en los templos antes citados.
La imagen del Ecce-Homo pudo colocarse en la hornacina central del altar, como estuvieron las primitivas imágenes, gracias a las obras de adaptación y restauración realizadas por la Conserjería de Cultura.
Sobre el Cristo se dice lo siguiente:
El Cristo de la Salud colocado a la izquierda de la puerta lateral, “ … al que sirve de fondo un sencillo arco de cantería es una excelente talla del XVII. Tiene la severa majestad, el puro equilibrio y nobleza de proporciones que acusan las mejores obras de los escultores de aquella centuria.” Perteneció a la iglesia de San Juan Bautista de Tamariz de Campos, también de la provincia de Valladolid; iglesia ya desaparecida hace tiempo.
El órgano, que se encontraba sobre el baptisterio, desapareció pocos años antes del desmantelamiento de la Iglesia, dicen que en una de las reparaciones del órgano de San Pedro, como pago por el arreglo.
La pila bautismal permaneció algunos años a la intemperie, hasta que un día vino alguien con una furgoneta y se la compró al cura.
El artesonado de madera desapareció,
aunque dicen que una parte fue utilizada para decorar el salón
de una casa en Tamariz. Las baldosas de las naves laterales se
vendieron y fueron utilizadas en un palomar. Las maderas que
cubrían los enterramientos de la nave central se aprovecharon
en parte en alguna casa particular. La piedra se empleó por el
ayuntamiento en arreglar la Plaza y hacer los cimientos de dos
casas. Las campanas se tiraron de la torre y se rompieron.
Finalmente, un día de otoño de 1995 se derrumbó
la torre, 450 años después de su construcción y tras 50 de
abandono.
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Otros documentos
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